jueves, 2 de octubre de 2014

Trabajando por la salud en Etiopía - Manos Unidas - 2012

A pesar del reciente crecimiento económico que ha experimentado Etiopía, la pobreza y el hambre se mantienen en el país. Millones de personas no tienen garantizado el acceso a alimentos y sufren una crónica falta de agua. Gran parte de la población carece, además, de acceso a la atención sanitaria, a la educación y a adecuados servicios de saneamiento.

Entre los principales problemas sanitarios que enfrenta el país, destaca la desnutrición, responsable de más de la mitad de las muertes de menores de cinco años, y el VIH/Sida, que afecta a 1,5 millones de personas. 

A este complicado escenario se añade la dilatada disputa fronteriza con Eritrea, que tiende a agravarse, y al éxodo de miles de personas que huyen de la hambruna y del conflicto armado que asola Somalia y buscan asilo en campos de personas refugiadas de las zonas fronterizas con Kenia o Etiopía. La región somalí, cercana a los campamentos, es una de las más pobres del país, y cuenta con un índice de desnutrición aguda que supera el 9 %. La mortalidad materna en esta zona es la más alta del país. El ya de por sí desbordado sistema de salud etíope se ve incapaz de brindar una atención adecuada a su población y a la refugiada.

Debido a ello, la intervención en la actualidad de las organizaciones no gubernamentales se centra en la región somalí, donde se trabaja con el Gobierno para fortalecer el sistema de salud (especialmente los servicios de salud materno-infantil en los ámbitos hospitalario y comunitario).